Lo que yo creo es que todos deberíamos de estar participando porque queremos a una mejor Honduras, una Honduras que de corazón fuera un país más próspero y , donde la justicia prevaleciera, todo en búsqueda de ese ansiado que todos los abogados aprendimos en nuestra clase de Teoría General del Estado. Cualquier persona que llegue ejercer el honroso cargo de magistrado de la Corte Suprema de Justicia debe de recordar que vivimos en una democracia constitucional, no en una simple democracia donde la voz del pueblo cada semana, cada año, tiene pleno efecto. Si no que también debemos de recordar que tenemos ciertos principios constitucionales que se extienden en el tiempo. Todos jueces, a cualquier nivel, deben ser neutrales para proteger esos principios ••. Hay un Estado de derecho, y para que alcance su objetivo, es mi criterio que debe de consistir en tres partes: (1) el gobierno está obligado por la ley, (2) todas las personas son tratadas por igual, y (3) los Derechos Humanos fundamentales que deben protegerse. Debe existir tanto la percepción como la realidad de que, al defender estos valores, el juez no se debe de ver afectado por influencias o restricciones indebidas. Eso es neutralidad. Esto es lo que debería de ser y no la excepción.