Considero que un cargo como Magistrado es eminentísimamente vocacional; por lo que a veces me entristece pensar que puedan existir jueces y magistrados que no amen su profesión por encima de todo; que han accedido a ella como un medio de vida y tratan de alejarse ante la responsabilidad que comporta el ejercicio de administrar justicia. Cualquier profesión es triste si se vive sin interés, sin vocación, pero las de juez, pone a prueba mi profesionalidad.